
“Y el bien y el mal de nuestra vida queremos recibirlos de esta persona y con ella. De vez en cuando, entre esta persona y nosotros estallan violentos conflictos, sin embargo, no logran romper esa paz infinita que está en nosotros. Después de muchos años, cuando entre nosotros y esta persona se ha tejido una tupida red de hábitos, de recuerdos y de violentos conflictos, sabremos, por fin, que era de verdad la persona adecuada para nosotros, que no habríamos soportado a otra, que sólo a esa persona podemos perdirle todo lo que nuestro corazón necesita”
Natalia Ginzburg consigue con estos textos, escritos entre el final de la Segunda Guerra Mundial y los años 60, conectarnos con la cotidianidad de la belleza, y poner a bailar nuestros sentimientos.
Editorial: Acantilado