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BLITZ: Un relámpago de buena lectura

“La belleza se resume en apreciación, concluyó. El paso del tiempo es la expresión perfecta de la fugacidad y es precisamente ese discurrir el que dota a cada etapa vital de significado”.

Los que nos siguen algo ya saben que somos muy fans de David Trueba. El otro día, de hecho,  estuve pensando por qué me gusta tanto (cuestiones físicas al margen, manera de razonar e inteligencia a parte, incluso sin tener en cuenta que hasta utilice versos de Emily Dickinson para comenzar su obra…), por qué me interesa normalmente tanto lo que cuenta, en sus películas, en sus novelas, o en la mayoría de veces, en sus columnas periodísticas. Mi autopregunta, en realidad, surgió porque intentaba contar a un grupo de amigos el porqué me había atrapado tanto Blitz, su último libro. Un libro que tuve que parar de leer, para al menos poder disfrutarlo dos tardes…

Aunque la forma que tiene siempre de contar es delicada, quizás tiene más que ver con esos personajes que crea, esos protagonistas débiles y complejos, esos individuos que viven una existencia tan llena de realidad como es la de cualquiera de nosotros. O al menos, la mía.

Blitz nos cuenta la historia de un joven de treinta años que es dejado por su novia en medio de un viaje a Munich, donde está participando en un concurso de jardines (el protagonista es paisajista). Alargará entonces su estancia en la ciudad e intimará durante unos días con una mujer bastante mayor que él. Unos días en los que estará atrapado por un vaivén emocional, en los que el tiempo cobrará otro sentido, en los que su vida tomará una nueva dirección, sin saber exactamente hacia dónde. Unos días en los que la soledad le hablará de tú a tú, en los que cualquier detalle le llevará hacia un nuevo conocimiento de él mismo.

Todo ello es narrado con sencillez y mucho humor, con una prosa elegante y unos diálogos irónicos. Con dibujos y fotos. Un estilo muy cuidado que le permite combinar un contenido sexual explícito con un desgarre emocional muy íntimo.

Tres días que se convertirán en un relámpago en su vida.

Porque quizás, a veces, la intensidad de un breve momento es suficiente para transformar tu propia realidad.

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